Un Encuentro Único en la Real Fábrica de Tapices: «Del Telar al Palacio»

Recientemente, tuvimos el privilegio de asistir a un evento exclusivo titulado «Del Telar al Palacio«, organizado por Luisa Herrero y Víctor Merchán en la histórica Real Fábrica de Tapices de Madrid. Esta jornada única nos ofreció la oportunidad de sumergirnos en la fascinante historia y tradición de una de las instituciones más emblemáticas de España, cuya labor se remonta a siglos de excelencia artesanal.

La Real Fábrica de Tapices, fundada en 1721 por el Rey Felipe V, se encuentra en el corazón de Madrid, en el barrio de Embajadores, y es un referente mundial en la producción de tapices y tejidos exclusivos. Su sede, un impresionante edificio de estilo barroco, destaca por su arquitectura monumental que combina elementos clásicos con la funcionalidad necesaria para albergar los talleres donde se realiza el delicado trabajo.

Durante nuestra visita, tuvimos el honor de ser recibidos por el director de la Real Fábrica, D. Alejandro Klecker, quien compartió con nosotros su profundo conocimiento sobre las técnicas ancestrales empleadas por los Maestros Liceros. Estos artesanos, verdaderos artistas del tejido, siguen utilizando métodos que datan de la Edad Media, y a lo largo de los siglos han perfeccionado su habilidad para tejer tapices a mano a partir de hilos de seda, lana y oro, en un proceso que puede llevar meses o incluso años, dependiendo de la complejidad de la obra.

Klecker nos explicó cómo estos tapices no solo son obras de arte, sino también relatos visuales que narran episodios históricos, mitológicos o religiosos. La destreza de los liceros se combina con el trabajo de restauradores y conservadores, quienes, con su meticulosa labor, aseguran que las piezas se mantengan vivas y preservadas para las futuras generaciones.

Fue una oportunidad única para apreciar de primera mano la labor artesanal que da vida a tapices excepcionales, piezas que no solo embellecen palacios y monumentos, sino que también cuentan la historia de nuestra cultura y patrimonio.

Para poner el broche de oro a esta experiencia, compartimos un brindis acompañado de un excelente vino de Rioja, junto con un delicioso jamón de Anselmo Benito, que completaron el encuentro de una manera inmejorable. Sin duda, un evento que quedará grabado en nuestra memoria como una experiencia de aprendizaje, admiración y compañerismo.